Decidí
tomarlo aunque nunca lo había hecho, todo, todo indicaba que pasaba por cierto
lugar por un local por donde deseaba visitar y no tenía ánimos de tomar otras
opciones para bajarme no demasiado lejos de mi destino.
El
camino empezó tranquilo, empezó a avanzar recorriendo lugares cercanos de
lugares donde podría descender llegando sin muchos problemas llegar a donde quería
con 15 minutos de caminata, pero tenía la idea de que continuar me dejaría
justo en mi destino. Rodeo caminos conocidos pero sin acercarse lo suficiente a
donde deseaba llegar para descender, pero antes de darme cuenta volví a una
calle de distancia de donde empezó mi viaje.
Habían
pasado más de treinta minutos y había terminado dando una gran vuelta en círculo,
pensé bajar y tomar el camino de siempre pero todo apuntaba a que ahora si iría
a donde yo quería y si resultaba podría ser una nueva ruta que podría tomar en
un futuro. Volvió a dar vueltas cercas de mi destino y el cansancio de trabajo empezó
a afectarme, en un descuido me di cuenta que me estaba empezando a alejarme y decidí
dejar que el sueño me llenara, esperando que terminara su recorrido y volviera
al punto de inicio.
Desperté
un rato después para notar que no reconocía los alrededores, esto me asusto un
poco mientras mi vista iba de izquierda a derecha tratando de encontrar una
imagen familiar que me indicara el lugar donde me encontraba, pero el hecho de
fallar no me desanimo, quería saber dónde me encontraba. Poco a poco la curiosidad
se fue trasformando en ansiedad mientras sentía como me alejaba cada vez mas de
casa, seguro que el local que quería visitar había cerrado hace horas, pero al
mismo tiempo sentía que pronto daría la vuelta y regresaría por donde había
llegado.
Fue
avanzando el tiempo y pronto el lugar empezó a vaciarse, aquello era mala señal
ya que significaba que ya no llegaría a ningún lugar importante, pero al otro
lado de la calle vi que tenía otra opción similar que iba en dirección opuesta
a la nuestra. Descendí en un lugar desconocido, con una montaña detrás de mí
que siempre estuvo lejana en mis memorias. Le vi perderse de vista por una colina y me encontré en una
calle solitaria con una vaga idea de lo lejos que me encontraba.
La
espera fue corta y pude ascender con facilidad a otro igual con una dirección
opuesta. No sabía si me llevaría a casa, pero tenía que hacerlo. Poco a poco le
vi avanzar por los desconocidos lugares que había atravesado anteriormente y el
miedo se convirtió en una simple ansia. Bajar en el primer lugar conocido que
avistara.
Por:
Yosefat Nava Alemán
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