Las lagrimas brotan por dejar un mundo atrás, amigos, compañeros, familiares, muchos se han adelantado en este camino, un camino que ahora debo seguir.
Quizás cuando duerma pueda volver, aun que al despertar lo olvide todo, un fantasma que cree seguir vivo, una sombra del pasado, surgiendo de la nostalgia por ver un mundo al cual no pertenece, ínter-actuando con el por breves instantes, pero cubierto por la neblina del olvido que cubre mis rastros.
La magia se extingue, el poder se olvida, los senderos alguna vez recorridos se llenan de nuevo de maleza, pero las cicatrices sanan y el dolor se olvida. El viaje se ha terminado, grandes misterios revelados vuelven a su estado de incertidumbre.
Si aun existo en la memoria de alguien cuando lean esto, poner una flor en mi nombre y rezar por mi alma, quizás una petición un poco egoísta de mi parte, pero la memoria es lo único que puede demostrar que alguna vez existí...
Por Yosefat Nava Alemán.
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